Agentes de la Policía Nacional ha detenido en Linares a ocho personas de un mismo clan en el marco de la operación Romano, iniciada en octubre de 2017, con el fin de desmantelar diferentes puntos de venta de droga de la barriada linarense de El Cerro, donde se han registrado siete domicilios que eran utilizados por el clan como lugares de venta, distribución, plantaciones de marihuana y almacenaje de droga. Además, guardaban dinero en ellos.
Los agentes se incautaron de más de 250 gramos de diferentes sustancias estupefacientes (cocaína, heroína y hachís), 350 plantas de marihuana, más de 11.300 euros, así como diferentes utensilios para plantaciones de marihuana, sustancias de corte, dos vehículos y diversas armas y munición.
Desde hace varios años, por parte del grupo de estupefacientes de la comisaría local de Linares, se han llevado a cabo numerosas operaciones contra el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes en la barriada linarense de El Cerro. El denominador común de todas ellas es un clan que ha llevado a cabo enfrentamientos violentos -incluso armados- con otros clanes por la hegemonía del mercado de la droga en la localidad.
Los agentes se marcaron en octubre como objetivo probatorio, el resaltar la supremacía y dominio del clan, encabezado por su jefe. Por esta razón, los investigadores diseñaron y ejecutaron un dispositivo de vigilancia, que fue complejo porque la zona donde se encontraban los domicilios dificultaba la acción policial.
El dinero, en un punto alejado
En las diferentes vigilancias, los agentes observaron como cambiaban los puntos de venta cada poco tiempo, amparándose en la coacción que ejercían sobre los toxicómanos a los que no les dejaban salir de la calle con el fin de no ser interceptados por la policía, obligándoles a consumir en zonas habilitadasen los tres domicilios donde se vendía la droga.
Durante el trascurso de la investigación, se cerraban y abrían diferentes puntos de venta, en cuanto los miembros del clan tenían la más mínima sospecha de que los mencionados puntos estaban sometidos a vigilancia policial.
Por informaciones recibidas, los investigadores tuvieron conocimiento de que el grueso de la droga y el dinero recaudado se almacenaba en un domicilio alejado de la barriada, lugar de residencia de la pareja sentimental del jefe del clan, donde los agentes observaron las diferentes idas y venidas del arrestado, tanto para llevar dinero como para suministrarse y abastecer los diferentes domicilios registrados.
El punto final del operativo policial ha sido la realización de siete registros en otras tantas viviendas, tres de ellas, dedicadas a la venta y consumo, próximos a un centro escolar de educación primaria. En otras dos los agentes encontraron sendas plantaciones de marihuana con enganches ilegales del fluido eléctrico. En otra se distribuía y la séptima el séptimo lo utilizaban para almacenar sustancias estupefacientes y guardar el dinero.
