La Junta de Andalucía ha reactivado el dispositivo especial de la unidad adscrita de la Policía Nacional, conocida popularmente como Policía Autonómica, en el Polígono Sur. Desde este lunes, decenas de agentes de esta unidad se despliegan por diferentes zonas de las Tres Mil Viviendas, realizando controles de vehículos e identificaciones de personas. Los policías tienen encomendadas funciones como la inspección de viviendas para combatir las ocupaciones ilegales y los asaltos.
La Administración autonómica rescata así un plan que enterró en octubre del año 2010 por el excesivo coste que suponía para las arcas públicas. En aquella ocasión el dispositivo constaba de turnos de mañana y tarde que se pagaban en buena parte a base de productividades. El rescate de este plan carece de presupuesto y se hará con los turnos ordinarios de los policías de la unidad adscrita. En principio la idea de la Consejería de Justicia e Interior es que el proyecto se asemeje en la medida de lo posible al anterior, en el que había una presencia fija diaria de policías de la unidad adscrita durante dos de los tres turnos, de manera que el dispositivo permanecía activo durante 16 horas cada día.
La puesta en marcha de este dispositivo coincide con la llegada a la Policía Autonómica del comisario Julián Márquez, que toma este martes oficialmente posesión de su cargo, en sustitución de José Manuel Espina, que fue destituido hace tres semanas tras siete años al frente de la unidad. Con el nuevo despliegue, la Junta pretende reforzar no sólo la presencia policial en la zona más conflictiva de la ciudad, sino también dotar de un nuevo impulso a una unidad que cuenta con más de 140 agentes en la provincia de Sevilla y cuyas competencias son todavía muy escasas. Actualmente, los agentes autonómicos sólo se encargan de menores en situación de desamparo, inmigración, la conservación del medio ambiente, juegos y espectáculos públicos, y protección y escoltas de edificios y de personal de la Junta.
De hecho, en principio, los policías autonómicos que formen parte del plan especial de las Tres Mil Viviendas no estarán dedicados a tareas de seguridad ciudadana, sino que se centrarán más en labores de identificación y control y en la vigilancia sobre las viviendas del barrio, la gran mayoría de las cuales son propiedad de la Junta.
Esto ya de por sí plantea un cierto problema de operatividad, ya que los agentes tendrían que llamar a sus compañeros de la Policía Nacional ante una posible intervención relacionada con la seguridad ciudadana o el tráfico de drogas. Además, como ya han denunciado en distintas ocasiones los sindicatos policiales en los últimos meses, la unidad adscrita sufre una importante carencia de medios materiales. Los agentes no disponen de chalecos antibalas ni cascos para intervenir, además de no tener una red de comunicaciones que les permita pedir refuerzos ante una emergencia. La Policía Autonómica no dispone de una emisora propia y se comunica a través de telefonía móvil.
Esta situación ha generado un profundo malestar entre la mayoría de los componentes de la unidad, que ya han elevado a sus superiores su preocupación por el riesgo para su integridad que puede suponer el nuevo plan especial del Polígono Sur, según explicaron este lunes a este periódico fuentes sindicales. Ni siquiera todos los agentes que están siendo enviados ya desde este lunes a las Tres Mil Viviendas tienen un teléfono móvil desde el que poder llamar en caso de intervención.
Además, el clima actual en el Polígono Sur sigue siendo de una tensión soterrada tras la muerte de la niña Encarnación. Entre los vecinos del barrio sigue habiendo un cierto temor a una posible venganza, mientras que los tiroteos no han cesado. Es frecuente por las noches que miembros de alguno de los clanes se paseen en un coche y realicen disparos intimidatorios al aire. Estos tiros se camuflan a veces con fuegos artificiales que se lanzan a altas horas de la madrugada.
A la espera de que se solucionen estas deficiencias, la presencia de la unidad adscrita en las calles del barrio más degradado de Sevilla refuerza también el dispositivo especial que mantiene la Policía Nacional en esta zona desde la muerte de la pequeña Encarnación S. S., de 7 años, alcanzada por una bala perdida en un tiroteo. Desde entonces, es habitual que cada mañana y cada tarde haya un control rutinario de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), conocidos como Rayos. Son controles muy aparatosos, con un amplio despliegue de agentes fuertemente armados parando coches e identificando a personas que pasan por la calle.
La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, prometió el pasado jueves que mantendría este dispositivo sine die. Estos controles están dando muy buenos resultados en la lucha contra el tráfico de drogas y de armas, de forma que han sido detenidas más de 30 personas con armas de fuego en su poder desde el pasado verano. Entre ellos destacan los 12 miembros del clan de la Perla que fueron arrestados dos días después del tiroteo en el que murió la niña. La Policía ha intervenido varias decenas de armas desde entonces, entre ellas la escopeta con la que fue abatida la menor.
La Comisionada para el Polígono Sur, María del Mar González, que se reunió la semana pasada con la delegada del Gobierno, destacó este trabajo de la Policía Nacional y aseguró que en los últimos meses este esfuerzo se había traducido en una mejora de las condiciones de seguridad. Para la nueva encargada de coordinar el trabajo de las tres administraciones en el barrio, la seguridad es un pilar clave para poder poner en marcha cualquier otra medida en el futuro.
El plan que ahora se pretende rescatar estuvo vigente en el Polígono Sur durante los últimos años de la década pasada. Durante su vigencia se dieron unas circunstancias muy parecidas a las actuales en el barrio, ya que en el año 2009 también murió alcanzado por una bala perdida un joven de 17 años -emparentado lejanamente con Encarnación- cuando viajaba en un coche con su padre.
